Toda una vida en el mismo club. Es fanático y por el momento no se imagina vistiendo otra camiseta. Tiene 24 años y se crio en Huracán de Ancago. Juega de volante central y ama con locura lo que hace.
«Comencé siendo defensor, pero desde hace tiempo me desempeño en el mediocampo. Siempre en El Globo. Tuve muchos ofrecimientos para jugar en otros lados, pero siempre preferí jugar en acá, el club de mis amores, eso no lo cambio por nada», contó el joven en diálogo con La Excusa Deportiva.
Molina se define como un futbolista que deja todo por el equipo, como Leo Ponzio. Claro está, también es fana de River.
«Debutar en Huracán fue lo más lindo que me pasó. Tenía 17 año y me dirigía William Cortez, un gran DT que tuve. Fue un gran referente para mi. Fue una sensación inmensa. Jugábamos de local y ganábamos 1 a 0 contra Paso de Los Andes de Albardón», recordó.
«Faltando 10 minutos para que termine el partido se lesiona nuestro central. El técnico se da vuelta, me mira y me dice ‘vas a entrar’. Fue un sueño cumplido, fue el día mas feliz de mi vida», añadió.
Molina confesó que lo mejor que le sucedió en su carrera fue disputar la Copa de Campeones con Huracán. «Tengo tres torneos ganados, pero no en Primera. El más importante fue en 5ta división. La final la jugamos contra nuestro clásico rival, Deportivo Angaco. Ellos nos ganaron la ida y nosotros le ganamos la vuelta por 2 a 1. Se definió por penales. Teníamos un gran arquero que atajó los decisivos y terminamos ganando el campeonato. Fue como un River-Boca para nosotros porque ellos usan vestimenta azul y amarilla, y nosotros roja y blanca»; dijo.
Cristian destacó las amistades que le ha dado el deporte, personas de las que «uno no se olvida más». «Mi mayor sueño es salir campeón con la primera división de mi club», finalizó.